martes, 6 de marzo de 2007

Alarmante expansión de villas miseria

GINEBRA.- Las Naciones Unidas (ONU) lanzaron en junio pasado una voz de alarma sin precedente sobre el crecimiento, en el mundo, de las villas miseria: en 2020, unos 1400 millones de personas vivirán en un asentamiento precario, una verdadera "bomba de tiempo" según los investigadores que realizaron el estudio.

Actualmente, casi 1000 millones de seres humanos viven en los barrios marginales de las grandes ciudades, con viviendas inadecuadas, sin servicios públicos esenciales y con altas tasas de criminalidad.

Esa cifra se encuentra hoy en una clara tendencia expansiva: de acuerdo con el estudio de la ONU, si los gobiernos no aplican las medidas necesarias, las villas miseria incorporarán unos 27 millones de nuevos habitantes al año antes de 2020. La media anual registrada entre 1990 y 2001 fue de 18 millones.

El informe "El estado de las ciudades en el mundo 2006-2007", elaborado por el Programa de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Urbanos (ONU-Hábitat), señaló también que el año próximo será "un momento crucial para la historia" porque, por primera vez, la población urbana del mundo superará a la población rural.

Actualmente, la población de los asentamientos precarios en el mundo aumenta a un ritmo del 2,2% anual, impulsado sobre todo por Africa, donde el índice supera el 4,5%. En América latina, a pesar de que un porcentaje elevado de sus habitantes vive en villas miseria, la tasa de crecimiento de los asentamientos de este tipo es menor que la del promedio mundial: 1,28 por ciento.

Aunque el informe precisa que alrededor de un 10% de los habitantes de las villas miseria se encuentra en ciudades de países desarrollados, la enorme mayoría se concentra en las urbes de Africa, Asia y América latina, en ese orden.

En Africa subsahariana, el 72% de la población urbana vive en villas. En algunos países, como Etiopía o Chad, los habitantes de asentamientos precarios son prácticamente el 100% de la población de las ciudades.

El 31,9% de la población urbana de América latina vive en un asentamiento precario. La población de las favelas de Río de Janeiro, por ejemplo, es casi la misma que la población total de Helsinki, capital de Finlandia.

América latina es, sin embargo, la región donde más se desaceleró la tasa de crecimiento y hasta se redujo el número de población de asentamientos, que en 1990 alcanzaba al 35% de la población urbana. El informe indica que el buen pronóstico para la región se debe a planes puestos en marcha por Brasil y México.

El estudio de la ONU señala que en los países en vías de desarrollo el rápido fenómeno de urbanización de las últimas décadas (ver aparte) vino acompañado de un crecimiento a pasos agigantados de los asentamientos precarios.

Contrariamente a la vieja idea de que las ciudades son centros económicos de crecimiento y de creatividad cultural, las grandes urbes se convirtieron en sinónimo de villa miseria, marginalidad y precariedad, según la ONU. Si no se adopta ninguna medida preventiva o correctiva, este tipo de asentamientos amenaza con convertirse en el tipo predominante de vivienda del siglo XXI, según advierte.

La agencia ONU-Hábitat define como asentamiento precario a una zona urbana que carece de protección contra condiciones climáticas adversas, de un espacio vital suficiente -es decir, más de tres personas por habitación-, de acceso al agua potable y a un saneamiento decente.

"Un tsunami silencioso"

Los análisis de la ONU indican que los asentamientos precarios del Africa subsahariana son los que poseen las condiciones más extremas del mundo. En una villa de Harare, capital de Zimbabwe, 1300 personas comparten un único baño compuesto por seis pozos que hacen de letrinas, por ejemplo.

Este tipo de características provocan lo que el estudio denominó "tsunami silencioso". Uno de los principales problemas de los barrios marginales son sus pésimas condiciones sanitarias y las graves consecuencias que provocan en la salud de los pobladores.

Por lo menos 1,6 millones de personas mueren anualmente como resultado de las malas condiciones sanitarias e higiénicas, cifra 5 veces más alta que la de los muertos por el tsunami que azotó al sudeste asiático en 2004.

Para afrontar el grave problema del crecimiento de las villas miseria y evitar que los drásticos pronósticos de la ONU se cumplan, los expertos que realizaron el estudio aconsejan que los núcleos urbanos pongan en marcha programas de vivienda e infraestructura básica. Eduardo Moreno, uno de los autores del informe, afirmó que para que un país tenga éxito al abordar los problemas de los barrios marginales debe "haber un compromiso político de no menos de diez años y enfrentar de inmediato el problema de la pobreza y la desigualdad".

Copyright S. A. LA NACION 2006. Todos los derechos reservados

No hay comentarios: