domingo, 28 de septiembre de 2008

Cuidado al despedirse por e-mail

NUEVA YORK (The New York Times).- Chad Troutwine, un empresario de Malibú, California, estaba haciendo un negocio hace unos meses con una propiedad que tiene en Medio Oriente. Aunque la conversación empezó bien, la cuestión se endureció pronto. ¿El signo que delataba que las cosas habían cambiado? Las frases de despedida de cada correo electrónico.

"Cuando las negociaciones empezaron a fallar, las despedidas se volvieron más breves y más frías -destaca Troutwine-. Al principio era algo así: Espero ansioso su respuesta. Mis saludos más cordiales; después sólo podía leerse: Saludos."

¿Qué es lo que subyace en una despedida por e-mail? Muchas cosas, aparentemente. Es que esas pocas palabras finales que aparecen sobre la firma establecen las relaciones y jerarquías, y donde lo que está escrito en el cuerpo del mensaje puede quedar reafirmado o... no tanto. En los días previos a la comunicación electrónica, las formalidades de una carta, tanto comercial como personal, se enseñaban a cualquier chico en el colegio. Y las despedidas (desde sinceramente hasta cariños) fluían sin mucho esfuerzo.

Pero el e-mail es un medio casual, y sus convenciones ya tienen casi una década de atraso. Todavía están evolucionando, a menudo con torpeza. Es común que algunos mensajes de negocios estén escritos en forma casual, y que otros mensajes rápidos y concisos cambien del tono formal al íntimo en unas pocas líneas.

Aunque los saludos que encabezan un e-mail puedan ser tramposos -hay un mundo de diferencia, se ve, entre hola y querido-, la despedida es donde la mayoría de los firmantes intenta expresarse, incluso cuando expresar la personalidad, como en la correspondencia de negocios, no sea algo muy bien visto.

En otras palabras, se trata de tierra minada. Los expertos en etiqueta y comunicaciones concuerdan en que se está volviendo cada vez más difícil decir adiós.

"Mucha gente no sabe comunicarse claramente", explica Judith Callors, creadora del sitio www.netmanners.com , orientado a la etiqueta on line (netiqueta), y autora del libro Porque la netiqueta importa . Para entender claramente lo que un mensaje trata de decir, lo implícito y lo enunciado, "el lector tiene que mirar todo, desde el saludo hasta la despedida", indica.

Saludos, besos, abrazos

Kim Bondy, una ex ejecutiva de CNN, le escribió a un pretendiente después de una comida: "Hablemos pronto". Fue su manera de decir: "La cita estuvo bien, hagamos otra cita". Y puede ser que ella haya creído que fue la única en pensar eso. La respuesta a su e-mail cerraba con el lacónico "saludos". Lo que la hizo sentir que todo había salido mal. "Pensé: Ay..., esto es muy formal. Creo que no le gusté", cuenta, y se ríe. "Cuando leí saludos se me heló la sangre." Desde entonces no volvieron a salir.

Pero saludos tiene sus fans: especialmente en los lugares de trabajo, donde puede convertirse en un final multipropósito. "Yo uso saludos en todos mis e-mails profesionales -declara Kelly Brady, una publicista neoyorquina-. Es amigable, rápido y conciso."

En cuanto al envío de besos, sorprendentemente, la despedida un beso se ha vuelto común incluso para los que mantienen relaciones no amorosas. Body, que recibía entre 300 y 500 e-mails diarios cuando estaba en la CNN, nunca fue fan de un beso, especialmente cuando provenía de un extraño que intentaba vender una idea para alguna nota. "Intentan parecer cálidos y familiares cuando no deberían serlo. Es inapropiado, y ése es probablemente el e-mail que no voy a responder", se indigna.

Robert Verdi, diseñador de moda y conductor del reality show Surprise by Design, en el que los participantes cambian de aspecto, explica que no acepta "un beso ni en la primera ni en la segunda comunicación". Pero se apura a aclarar que, después de algunas llamadas telefónicas o intercambios de e-mails amigables, se siente cómodo con la despedida afectuosa y casual, aunque generalmente espera que sea la otra parte la que haga el primer movimiento. Así, si alguien se despide de él diciéndole: "¡Sos el mejor! Cariños, Alison", él puede llegar a contestar: "Besos y abrazos". Y a esta altura ya están fuera de toda esa confusión y se han convertido en mejores amigos.

Lola Ogunnaike

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